domingo, 26 de febrero de 2012

Construcción antisísmica

Los movimientos sísmicos causan grandes daños a las estructuras. Tras la destrucción de muchas estructuras europeas en el siglo XVIII fue cuando se empezó a trabajar en formas para evitar estas catástrofes. A consecuencia de esto surgieron las bases para la creación de la arquitectura antisísmica, que consistía en hacer los edificios lo bastantes resistentes como para soportar grandes movimientos sísmicos, sin que se afecte su estructura ni lleguen a colapsar.

En las regiones con mayor riesgo de que se produzcan terremotos, las edificaciones siguen unas normas impuestas. En primer lugar, se fijan relaciones precisas entre planta y alzado, de modo que el centro de gravedad del edificio sea suficientemente bajo como para garantizar la estabilidad de la estructura. Con este mismo objetivo se usan materiales de menor peso a medida que se aumenta la altura. El edificio debe tener una estructura simétrica y presentar la menor cantidad posible de protuberancias. Han de realizarse los debidos cálculos para crear cubiertas y pavimentos horizontales, además de emplearse materiales de construcción y módulos base de la estructura que hayan superado las convenientes pruebas de resistencia a las fuerzas de tracción y compresión, como el acero o el cemento armado.En cuanto al lugar donde edificar,el suelo deberá tener características sólidas y estables: ningún edificio podría ser construido en una zona pantanosa o inestable.

La energía que recibe una estructura durante un terremoto puede ser soportada de tres maneras diferentes:
  • Por resistencia: Consiste en dimensionar la estructura de tal modo que tenga suficiente resistencia como para soportar las cargas sísmicas sin romperse. 
  • Por ductilidad: Se dimensionan los elementos de la estructura de tal manera que parte de la energía del terremoto sea disipada por deformaciones plásticas de los propios elementos. Esto implica que la estructura recibirá daños en caso de movimiento sísmico, pero sin llegar a colapsar 
  • Por disipación: Consiste en introducir en la estructura elementos cuyo fin es disipar la energía recibida durante un terremoto.                                                                                          
Existen principalmente tres tipos de disipación: aislamiento sísmico, elementos de disipación pasiva y elementos de disipación activa

Un mismo edificio puede mezclar varias técnicas para soportar un movimiento sísmico. La capacidad final de un edificio bien planteado para soportar energía sísmica es la suma de las energías que pueda soportar de cada tipo de energía.

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